martes, 21 de agosto de 2012

Twitter nutre a la creatividad porque es una constante fuente de estímulos.

1.  RECETAS QUE SE DESAFÍAN: las recetas del “buen tuitero” se van desafiando a medida que pasa el tiempo.

Ejemplo: uno de los tips más comunes acerca del comportamiento en las redes sociales es aquel que dice “ser amable y contestar con cortesía”. Especialmente para quienes están a cargo de cuentas de empresas o marcas masivas.

Esta especie de “regla” nos parece acertada. Pero hay quienes la rompen. Y con éxito. 

Las respuestas de la cuenta de Taco Bell, con más de 200 mil seguidores), se ha convertido en una atracción en sí misma con sus respuestas ácidas y políticamente incorrectas. Algunos ejemplos, aquí.

Cuando las reglas se reinventan, las opciones no se agotan.

2. FRONTERAS QUE SE TRANSFORMAN: la creatividad en Twitter no termina en el contenido de los 140 caracteres.

Las “Bio” ya no son un “curriculum abreviado”. Son espacios para comunicar. Algunos las cambian constantemente. Otros las utilizan como “cartel diario” de novedades…

Los “Hashtags” permiten expresar una idea sin necesidad de desarrollarla. Ese es su poder. A veces se sobre-utilizan, es verdad. Pero esto no quiere decir que se hayan agotado. Al contrario, permiten un flujo constante de creatividad.

Los mismos 140 caracteres son relativos. Algunos tuiteros los aprovechan al máximo con tuits cuidados y contundentes (@DelCorrector). Otros tuiteros, rarísimamente tuitean con más de la mitad (@Gauyo).

Al mismo tiempo, Twitter también desafía las fronteras entre especialidades: un meteorólogo en Twitter es algo muy diferente a lo que entendíamos por “meteorólogo” hace algunos años. Lo mismo con un arquitecto (ver Apartment Therapy, por ejemplo). O un urbanista (ver Richard y Rana Florida, por ejemplo).

Las fronteras se van modificando. Progresivamente, sí, pero se modifican.

3. ESTILOS QUE EVOLUCIONAN: más allá de lo que pase con la herramienta, los mismos protagonistas  van evolucionando en sus estilos.

La interacción con Pinterest, la fuerza de Instagram, la estética de Flipboard, la dinámica de Foursquare…

La versatilidad de Twitter para completar y ser completado por distintas aplicaciones, redes y conceptos permite que, quienes tuitean, vayan probando otros recursos y evolucionen en sus estilos.

Maria Popova y sus diversas plataformas (Blog, Lore, Tumblr, Pinterest) es un excelente ejemplo.

4. ESTÍMULOS QUE SE RE-DISEÑAN: la versatilidad de Twitter permite diseñar nuestro propio time line (TL) siguiendo y dejando de seguir a las cuentas que deseemos. Esto se hace más versátil, aún, si recurrimos al uso de listas.

Las personas que tuitean suelen tener ciclos. Tal vez luego de un mes de publicar material de excelente calidad, pasan un tiempo sin enviar casi ningún tuit.

Esto sucede, por ejemplo, con varias cuentas creadas para cubrir eventos anuales o periódicos. En los momentos previos y posteriores a estos eventos, es interesante seguirlas.

Si estamos atentos y no dependemos sólo de la dinámica de las cuentas que seguimos, podemos tener un TL siempre provisto de nuevos estímulos e ideas.

5. PÚBLICO QUE SE RENUEVA: algo que  nos maravilla de Twitter es su posibilidad de ser una suerte de escenario siempre abierto a un público que sabrá aplaudir, abuchear o ignorar nuestras ideas.

Para quien tiene algo que decir, Twitter es un gran aliado. Sabemos que, a toda hora y en cualquier lugar, puede haber alguien interesado en prestarnos su atención.

Por supuesto, la calidad de la atención que nos prestan se cultiva a base de coherencia, calidad de contenidos, imaginación y constancia. Pero, en reglas generales, siempre algún público tendremos.

Y este público se renueva. No sólo porque aparecen nuevas cuentas. También porque la conducta cíclica de muchos usuarios hace que, luego de un tiempo de “no darle bolilla a Twitter”, reaparezcan transformados en usuarios con intereses que han cambiado.

Por eso es que, desde nuestro punto de vista, no hay una forma “avanzada” o “no avanzada”, “mejor” o “peor” de estar en Twitter.

Twitter no es una herramienta unilateral en donde los “expertos” saben más o saben menos. Cada quien sigue su ritmo. Cada quien puede encontrar alguien que valore lo que propone.

Hay que aprender a usar la herramienta, claro está. Pero, al poco tiempo, vale mucho más la osadía para experimentar que la obediencia para buscar en los lugares que todos buscan.

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